28 de julio de 2020
Un mensaje del padre provincial
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Missionhurst-CICM tiene la bendición de que uno de nuestros miembros sea ordenado a la Orden del Sacerdocio en agosto de este año. Él es el diácono Edward Tembo, CICM . El Diácono Tembo es un misionero de Missionhurst de Zambia que se unió a la Provincia de EE. UU. En 2017.
Uno de los momentos más poderosos en la ordenación al sacerdocio es la bendición sacerdotal después de la Misa, cuando el "Padre" recién ordenado se presenta ante el Obispo que ordena para otorgar su primera bendición sobre ese Obispo que se arrodilla o inclina la cabeza para recibirlo. A menudo, el sacerdote bendecirá a la familia, y luego a amigos y feligreses.
El Diácono Tembo será ordenado el 8 de agosto de 2020 en la Iglesia Católica de San Patricio en San Antonio, Texas , mediante la imposición de las manos del Arzobispo Gustavo García-Siller, M.Sp.S., Arzobispo de San Antonio.
Al acudir a Dios para orar por sus seres queridos, por el fin de la pandemia, por los pobres y los hambrientos y por sus intenciones personales, les pido a ustedes, cohermanos y amigos de Missionhurst-CICM, que oren por el Diácono Tembo y por vocaciones a la Congregación del Inmaculado Corazón de María (CICM) como esta oración de nuestra Sociedad Beata Teresa de Calcuta, que es un apostolado de oración dedicado a orar por las vocaciones y por los sacerdotes:
Señor Jesús, elegiste a tus sacerdotes de entre nosotros y los enviaste para proclamar tu palabra y actuar en tu nombre. Por un gran regalo para su Iglesia, le damos alabanzas y acción de gracias.
Le pedimos que los llene con el fuego de su amor, para que su ministerio revele su presencia en la Iglesia. Como son vasijas de barro, rezamos para que su poder brille a través de su debilidad. En sus aflicciones, que nunca sean aplastados, en sus dudas nunca desesperen, en la tentación nunca destruida y en la persecución nunca abandonada. Inspíralos a través de la oración para vivir cada día el misterio de tu muerte y resurrección.
En tiempos de debilidad, envíeles su Espíritu y ayúdelos a alabar a su Padre Celestial y orar por los pobres pecadores. Por su mismo Espíritu Santo ponga su palabra en sus labios y su amor en sus corazones, para traer buenas noticias a los pobres y sanar a los quebrantados de corazón.
Y que el regalo de María, tu Madre, al discípulo a quien amabas sea tu regalo para todos los sacerdotes. Concede que ella, que te formó a su imagen humana, pueda formarlos a tu imagen divina, por el poder de tu Espíritu, para la gloria de Dios Padre, Amén.
P. Celso A. Tabalanza, CICM
Superior Provincial
